Vibrar es respirar

7 de mayo de 2019



En los ejercicios bioenergéticos promovemos contactar con la vibración corporal. Las vibraciones involuntarias del cuerpo, por otro lado, tienen un inmediato efecto en el patrón respiratorio.
 Las vibraciones de las piernas y otras partes del cuerpo estimulan y sueltan los movimientos respiratorios. Cuando un cuerpo está en un estado de vibración, ahonda espontáneamente la respiración. Esto es porque el estado vibratorio de un cuerpo es una manifestación de su sensibilidad emocional. Respirar también está involucrado directamente en la producción de la voz que es otra actividad vibratoria del cuerpo. Las inhibiciones del llanto, y del grito se estructuran en tensiones que restringen la respiración. El niño que ha sido enseñado que "a los niños se les ha de ver pero no se les tiene que oír", no respira libremente. La tendencia natural a hablar, dar voces o gritar queda ahogada por los espasmos en la musculatura del cuello. 
Estas tensiones afectan a la calidad de la voz que produce al hablar que será demasiado fina, demasiado baja, monótona o demasiado susurrante. La voz debe restaurarse en todo su alcance y las tensiones específicas del cuello liberadas si la respiración ha de recuperar su máxima profundidad.
Voz y bioenergética, ambas se complementan. Porque la voz es cuerpo, y el cuerpo no es sin la voz, y ambas, repercuten en uno mismo, y en las emociones.

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